Tierra, Agua, Carbón…ese es el diálogo que te envuelve
durante tu estancia en Narisawa; un discurso al que se aferra, se ciñe e
interpreta con elegancia, con astucia, con técnica…que gusto!!! En la entrada
tres personas te saludan ya por tu nombre ( cosa no muy complicada en mi caso,
siendo la única mesa de una persona y occidental…jeje…); entonces empieza el
juego, en el que poco a poco te van adentrando en el bosque: platos que se
cocinan en la mesa, platos que aparecen y desaparecen para volver con otro
emplatado, hierbas únicas, técnicas divertidas…
Te comentan, te incitan a comer con las manos, con los
palillos y los cubiertos a la vez, te hablan de la procedencia de todos los
ingredientes, y de los motivos por los que se han decidido a utilizarlos, con argumentos almenos coherentes;
vajilla exclusiva para romper y atraer: madera, ramas, frutas secas, hojas…todo vale
para su teatro forestal!!!!
Ostra frita, pescado crudo, ensalada templada, calamar
marinado…contrastes de temperatura mientras sobre la mesa se “cocina” el pan en
un mortero…como??...
Reticencias al bosque español con un caldo de jamón con
tuberculos y langostinos; rape frito con consomé Daikon y sus raspas ,pescado
en papillote, ternera con ceniza de puerros que te sirven sobre carbón para
luego volver a la cocina y cubrirse de hierbas y raíz de wasabi…
Yuzu, pera templada y como colofón…un carro de petit-fours
con mas de 20 variedades ( eso si…ellos te eligen unos pocos…)
Simplemente genial!!!!!!
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